Los resfriados son una de las enfermedades más comunes durante la infancia, especialmente en invierno cuando el clima es cambiante. Aunque generalmente no son graves, los resfriados pueden ser bastante molestos, sobre todo para los más pequeños que aún no entienden bien lo que les ocurre.
Los resfríos son una infección viral del sistema respiratorio. Aunque es una enfermedad leve, es muy común, especialmente en los niños. Los principales síntomas son:
- Dolores de cabeza y/o fiebre
- Secreción y goteo nasal
- Estornudos
- Tos
- Lagrimeo
- Congestión nasal
- Molestia o resequedad en la garganta
- Dolores musculares y articulares
- Cansancio excesivo
Estos síntomas se presentan de igual manera en adultos y niños. Sin embargo, los pequeños suelen tener más dificultades para sobrellevarlos, lo que puede hacer que pierdan el deseo de jugar, se pongan más engreídos y necesiten más atención.
La duración típica de un resfriado es de 7 a 10 días. Al ser causado por un virus, no existe una cura específica, así que solo queda cuidar al pequeño y ayudarlo a sentirse mejor.
Aquí van algunas recomendaciones para aliviar los síntomas:
Congestión Nasal
La congestión nasal es uno de los síntomas más comunes y molestos. Para aliviarlo, se puede usar suero fisiológico, una solución de agua y sal que ayuda a hidratar las fosas nasales y a despejar la mucosidad.
Molestia en la Garganta
Ofrece a tu hijo abundante líquido, especialmente agua, para mantener la garganta hidratada y ayudar a eliminar las toxinas del cuerpo.
Tos
La tos puede ser muy molesta, especialmente durante la noche. Evita los antihistamínicos, ya que pueden espesar las flemas. Opta por remedios caseros como paños tibios en el pecho, bebidas tibias y jarabes caseros como miel con limón.
Para que tu hijo se recupere pronto, es importante mantenerlo alejado de la humedad y el frío. Asegúrate de que descanse en una habitación bien ventilada y libre de humedad, y abrígalo adecuadamente. El caldo de pollo es una excelente opción, ya que es nutritivo y ayuda a descongestionar las vías respiratorias.
Durante un resfriado, levanta un poco la cabeza de tu hijo con ayuda de unas almohadas para reducir la congestión nasal y aliviar la tos. Incluye cítricos en su dieta para fortalecer su sistema inmunitario. Si sales con tu hijo, protege sus oídos con orejeras o gorros para evitar complicaciones.
Aunque la mayoría de los resfriados desaparecen sin problemas, consulta al pediatra si tu hijo tiene menos de tres meses y muestra síntomas de uno. Para niños mayores, llama al médico si:
- Tiene dificultad para respirar
- Los labios o uñas se ponen azules
- La secreción nasal dura más de 10 a 14 días
- La tos persiste más de una semana
- Tiene dolor de oído
- La fiebre supera los 38.9°C
- Está excesivamente somnoliento o irritable
Aunque los resfriados son comunes y molestos, siguiendo estos consejos podrás ayudar a tu hijo a sentirse mejor y recuperarse más rápido. Con cariño y cuidados adecuados, pronto volverá a ser el niño enérgico y alegre de siempre.
La mejor prevención es mantener a los bebés alejados, enseñar a los niños mayores a estornudar o toser en el codo o en un pañuelo, y a lavarse las manos frecuentemente. Estos simples hábitos pueden reducir significativamente la propagación de virus.
Siguiendo estas recomendaciones, estarás mejor preparado para enfrentar los resfriados de tus hijos y ayudarles a recuperarse lo antes posible.